Shanghai, también conocida como La Perla de Oriente, es una fascinante ciudad que es considerada el motor de la China moderna ya que cuenta con uno de los puertos mas grandes del mundo.

Shanghai fue la ultima ciudad que visitamos en China antes de volar a Kyoto Japón, tuvimos la poca suerte que la visitamos en Julio y justo cuando las altas temperaturas rompían record en la historia de esta ciudad.

Al llegar a Shanghai, mi sorpresa fue grande, ya que es un lugar totalmente distinto a Beijing o a Xian, todo es mucho más ordenado, más limpio y con una modernidad extrema. Shanghai es la capital financiera de Asia y es conocida como la perla del oriente debido a un edificio que le pertenece a un canal de televisión, es el símbolo de la ciudad y el edificio más fotografiado de Shanghai.

El Bund o Malecón, es una de las zonas más emblemáticas de la ciudad. Hay innumerables edificios que invitan a un agradable paseo junto al río Huangpu. Además, desde la orilla se puede apreciar una perfecta panorámica del Pudong, el barrio financiero, con su famoso skyline lleno de rascacielos. Los cruceros por el río también son muy populares ya que permiten apreciar la ciudad en una forma bastante relajada. Visitamos el Bund en el día y en la noche, pero recomiendo dar un paseo por la noche para que puedan apreciar todo un espectáculo de luces y colores.

Nuestro hotel seleccionado fue el Renaissance Shanghai Yu Garden, este hotel esta perfectamente situado en un area turística y muy cercano a las atracciones principales. La redención por noche es de 20K puntos de Marriott por noche.

A unas pocas cuadras del hotel se encuentra el Bazar Yuyuan el cual se ve espectacular de noche, esta formado por diferentes tiendas ubicadas en edificios de estilo tradicional. Aunque los precios son algo elevados debido a que se trata de una zona muy turística, resulta entretenido pasear por sus calles observando los puestos y sentir la buena vibra que se transmite en ese lugar.

A la mañana siguiente visitamos los Jardines Yuyuan, estos son unos jardines tradicionales chinos, los cuales fueron construidos hace mas de 400 años por un funcionario de gobierno, Pan Yunduan, para que sus padres pudieran disfrutarlos en su vejez.

Los cuatro elementos básicos del Jardín Tradicional Chino son las rocas, el agua, las plantas y estructuras arquitectónicas. Todo se ve perfectamente armonizado y se respira un ambiente de tranquilidad y paz.

El famoso shopping no puede faltar, aunque la verdad los precios están muy altos, y mas cuando te das cuenta que la mayoría de los souvenirs que venden puedes encontrarlas en las tiendas de chinos que hay en USA y a un precio mínimo.

Para los amantes de los animes (como mis hijos), encontramos esta tienda con muchas curiosidades que estaba a pocas cuadras del Bund.

Esta ciudad fue definitivamente toda una agradable sorpresa, por nuestro tiempo limitado no pudimos recorrerla mas pero con los dos días que estuvimos allí quedamos enamorados de ella.

TIPS: Visitar el Bund de noche. No confundirse con los dos aeropuertos que hay. Llevar moneda local. Comprar un vestido tipico de China, afuera del Bazar pueden encontrarlo a un precio mas económico